«Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid», cantaba Sabina.
Voy a hablar de Madrid, y del Madrid, quizá, el jueves 23 de abril, junto con Marta Rivera de la Cruz, Miguel Sáez Carral, Lorenzo Silva y Javier Valenzuela. Casi nada. Es una charla organizada por Getafe Negro, el festival de novela policiaca al que acudí hace unos meses, y La Noche de los Libros, una celebración del Día del Libro en la que se implican más de 150 instituciones culturales de Madrid.
La mesa redonda en la que participo es un acto más vespertino que nocturno. Se celebra a las siete de la tarde en Ámbito Cultural (El Corte Inglés, Callao. 7ª planta. Entrada por la calle Carmen). El título de la mesa, «Madrid, territorio literario», me permitirá adentrarme por la Gran Vía, el Retiro y el Santiago Bernabéu, entre otros escenarios de Las Cuatro Torres, mi primera novela.
Por cierto, mi segunda novela también será madrileña, aunque no madridista ni futbolera. Aunque quizá me esté adelantado demasiado a los acontecimientos. Me faltan muchas páginas para parirla.
El principio de Pongamos que hablo de Madrid, ahora que caigo, le pega a Juan Torca, ¿no os parece? Ese mar que no se puede concebir sería el mar de Aral, claro.