Si no lo veo, no lo creo. Debajo del Adulterio de Paulo Coelho y La pirámide inmortal de Javier Sierra, y a la izquierda de Mi puerta siempre está abierta del Papa Francisco: así encontré mi libro, hace unos días. ¿Queréis saber dónde?
Hace unos días estaba en Luz y Vida, una sexagenaria y bien nutrida librería burgalesa, cuando Álvaro Manso, su dueño, me enseñó la revista comercial con las novedades del Grupo Planeta para septiembre de 2014. Y me topé con Las Cuatro Torres en la primera página, junto a los libros antes citados. Era la primera vez que veía impresa la portada en una publicación.
Aluciné. No tanto, supongo, como cuando encuentre el tocho en las mesas de novedades o las estanterías de librerías y bibliotecas a partir del 2 de septiembre. Pero verme ahí colocado, ahí promocionado, con Coelho, Sierra y ¡el Papa!, primero me alegró y, la verdad, luego me inquietó.
Aunque ya hayan leído el manuscrito algunos amigos, como decía el otro día, hasta ahora, esto sobre todo ha sido cosa de dos: mi ordenador y yo. Durante dos años he escrito y reescrito, he dejado que la historia creciera, la he leído y releído… Pero ahora, ahora compruebo que la novela despierta cierto interés, que no sólo mis amigos y familiares andan interesados por lo que encontrarán en sus páginas. Que no soy el único que va a asistir al último parto de Las Cuatro Torres con expectación y expectativas.
Me ha costado llegar, pero me encuentro por fin ante el meollo del asunto: tendré lectores. Y críticas. (Toda lectura implica una crítica, ¿no?, ningún libro nos deja indiferente.) Y no todas me pondrán por la nubes, claro, hasta ahí llego. Podría haber guardado la novela en un cajón. No sería la primera. Pero he optado por publicarla. He tenido el privilegio de publicarla. Y nada menos que con Planeta.
El título del libro del Papa Francisco es magnífico. Y estimulante. Mi puerta siempre está abierta.
La mía, también. Las puertas de esta web están abiertas. Aquí recibiré y encajaré vuestras críticas. Con mucho interés. Y con deportividad. O eso espero.
Vaya. ¡Enhorabuena!